lunes, 11 de febrero de 2008

Tierra de pasiones...














































Dejo atrás,
en una tercera noche de creciente,
una increíble calidez y ternura sin barreras...
Aquellas que me han envuelto
como ese astro que ilumina cándidamente.
Quiero pensar que son una señal, un anhelo,
para volver a encontrar esa mirada limpia
que tranquiliza mi espíritu.
Pessoa tuvo razón; y añado, pues:
soy de quien adoro,
soy de cómo quiero,
soy de cuanto amo,
soy de cuando deseo.
En definitiva,
soy de dónde siento.

1 comentario:

  1. Fernando Pessoa sabia que la entrega nos llega de dónde sentimos que deseamos pertenecer.

    Bajo la luna creciente todo crece, sean Narcisos o Amores-Perfectos… y, como con las flores, se incrementa nuestro mundo…

    Es la llegada de la plena luna que nos hará descubrir la plenitud.
    Y con lo lleno, son los sentidos que se despiertan y nos conducen.
    Bajo la luz de esa luna, lo que vemos no es lo que soñamos o deseamos. Nos ponemos más allá de lo que imaginamos…

    Hasta la luna llena voy añorar a quien quiero acariciar y envolver, porque yo sé a quién quiero y como y cuanto y de donde están mis sentidos y, por eso, donde me entregué yo.

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